Acá les dejamos un resumen de la clase que comprende los años desde el final de la Segunda Guerra Mundial y la década de 1950.
Durante los primeros años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, y hasta la recuperación industrial y económica de las ciudades más afectadas, el traje sigue marcado por el racionamiento de los recursos.
Todavía situado en un contexto de crisis económica de posguerra Dior presenta en 1947 su primera colección, denominada Línea Corolla, instalando una silueta fantasiosa asociada estéticamente con un pasado próspero.
Muchas mujeres se manifestaron fuertemente en contra de la propuesta de Dior por considerarla una vuelta al pasado constrictivo del traje. Sus desfiles eran el evento de la temporada, ya que de lo que él presentara se desprendería la silueta a seguir por las tiendas productoras de pret a porter y por las revistas de moda en sus moldes para la confección hogareña.
Esta silueta con busto destacado, cintura muy reducida y faldas voluminosas requiere de cierta ropa interior que modele las curvas femeninas. La propuesta de Dior no sólo dinamiza el mercado de los textiles y la confección de prendas, también lo hace en el campo de los accesorios: sombreros, carteras, calzado, guantes, medias, maquillaje, etc El traje de baño de la época será el bikini, perdiendo toda relación con la práctica deportiva de años anteriores.
Las nuevos desarrollos en materiales y tecnologías para fabricación que se desarrollaron durante la guerra son ahora utilizados para producir objetos de consumo cotidiano, tanto para vestimenta como para equipamiento del hogar. El nylon reemplaza en muchos casos el uso de seda por su valor comparativamente muy menor.
El diseño de posguerra incorpora materiales y procesos de fabricación novedosos y se caracteriza por las formas orgánicas. Para profundizar en el tema, recomendamos el libro “El diseño desde 1945” de Peter Dormer.
A continuación algunas imágenes y videos que ejemplifican la resignificación del período a partir del trabajo con el archivo propio en Balenciaga y Dior.
Recomendamos ver el documental Dior et moi que retrata con detalle cómo se desarrolla una colección de alta costura francesa.
Recomendamos también para este período la película El hilo fantasma dirigida por Paul Thomas Anderson de la cual les dejamos un trailer.
Acá les dejamos un resumen de la clase que comprende los años desde el final de la Segunda Guerra Mundial y la década de 1950.
Durante los primeros años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, y hasta la recuperación industrial y económica de las ciudades más afectadas, el traje sigue marcado por el racionamiento de los recursos.
Todavía situado en un contexto de crisis económica de posguerra Dior presenta en 1947 su primera colección, denominada Línea Corolla, instalando una silueta fantasiosa asociada estéticamente con un pasado próspero.
Muchas mujeres se manifestaron fuertemente en contra de la propuesta de Dior por considerarla una vuelta al pasado constrictivo del traje. Sus desfiles eran el evento de la temporada, ya que de lo que él presentara se desprendería la silueta a seguir por las tiendas productoras de pret a porter y por las revistas de moda en sus moldes para la confección hogareña.
Esta silueta con busto destacado, cintura muy reducida y faldas voluminosas requiere de cierta ropa interior que modele las curvas femeninas. La propuesta de Dior no sólo dinamiza el mercado de los textiles y la confección de prendas, también lo hace en el campo de los accesorios: sombreros, carteras, calzado, guantes, medias, maquillaje, etc El traje de baño de la época será el bikini, perdiendo toda relación con la práctica deportiva de años anteriores.
Las nuevos desarrollos en materiales y tecnologías para fabricación que se desarrollaron durante la guerra son ahora utilizados para producir objetos de consumo cotidiano, tanto para vestimenta como para equipamiento del hogar. El nylon reemplaza en muchos casos el uso de seda por su valor comparativamente muy menor.
El diseño de posguerra incorpora materiales y procesos de fabricación novedosos y se caracteriza por las formas orgánicas. Para profundizar en el tema, recomendamos el libro “El diseño desde 1945” de Peter Dormer.
A continuación algunas imágenes y videos que ejemplifican la resignificación del período a partir del trabajo con el archivo propio en Balenciaga y Dior.
Recomendamos ver el documental Dior et moi que retrata con detalle cómo se desarrolla una colección de alta costura francesa.
Recomendamos también para este período la película El hilo fantasma dirigida por Paul Thomas Anderson de la cual les dejamos un trailer.
Acá les dejamos un resumen de la clase que comprende los años desde el final de la Segunda Guerra Mundial y la década de 1950.
Durante los primeros años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, y hasta la recuperación industrial y económica de las ciudades más afectadas, el traje sigue marcado por el racionamiento de los recursos.
Todavía situado en un contexto de crisis económica de posguerra Dior presenta en 1947 su primera colección, denominada Línea Corolla, instalando una silueta fantasiosa asociada estéticamente con un pasado próspero.
Muchas mujeres se manifestaron fuertemente en contra de la propuesta de Dior por considerarla una vuelta al pasado constrictivo del traje. Sus desfiles eran el evento de la temporada, ya que de lo que él presentara se desprendería la silueta a seguir por las tiendas productoras de pret a porter y por las revistas de moda en sus moldes para la confección hogareña.
Esta silueta con busto destacado, cintura muy reducida y faldas voluminosas requiere de cierta ropa interior que modele las curvas femeninas. La propuesta de Dior no sólo dinamiza el mercado de los textiles y la confección de prendas, también lo hace en el campo de los accesorios: sombreros, carteras, calzado, guantes, medias, maquillaje, etc El traje de baño de la época será el bikini, perdiendo toda relación con la práctica deportiva de años anteriores.
Las nuevos desarrollos en materiales y tecnologías para fabricación que se desarrollaron durante la guerra son ahora utilizados para producir objetos de consumo cotidiano, tanto para vestimenta como para equipamiento del hogar. El nylon reemplaza en muchos casos el uso de seda por su valor comparativamente muy menor.
El diseño de posguerra incorpora materiales y procesos de fabricación novedosos y se caracteriza por las formas orgánicas. Para profundizar en el tema, recomendamos el libro “El diseño desde 1945” de Peter Dormer.
A continuación algunas imágenes y videos que ejemplifican la resignificación del período a partir del trabajo con el archivo propio en Balenciaga y Dior.
Recomendamos ver el documental Dior et moi que retrata con detalle cómo se desarrolla una colección de alta costura francesa.
Recomendamos también para este período la película El hilo fantasma dirigida por Paul Thomas Anderson de la cual les dejamos un trailer.
Acá les dejamos un resumen de la clase que comprende los años desde el final de la Segunda Guerra Mundial y la década de 1950.
Durante los primeros años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, y hasta la recuperación industrial y económica de las ciudades más afectadas, el traje sigue marcado por el racionamiento de los recursos.
Todavía situado en un contexto de crisis económica de posguerra Dior presenta en 1947 su primera colección, denominada Línea Corolla, instalando una silueta fantasiosa asociada estéticamente con un pasado próspero.
Muchas mujeres se manifestaron fuertemente en contra de la propuesta de Dior por considerarla una vuelta al pasado constrictivo del traje. Sus desfiles eran el evento de la temporada, ya que de lo que él presentara se desprendería la silueta a seguir por las tiendas productoras de pret a porter y por las revistas de moda en sus moldes para la confección hogareña.
Esta silueta con busto destacado, cintura muy reducida y faldas voluminosas requiere de cierta ropa interior que modele las curvas femeninas. La propuesta de Dior no sólo dinamiza el mercado de los textiles y la confección de prendas, también lo hace en el campo de los accesorios: sombreros, carteras, calzado, guantes, medias, maquillaje, etc El traje de baño de la época será el bikini, perdiendo toda relación con la práctica deportiva de años anteriores.
Las nuevos desarrollos en materiales y tecnologías para fabricación que se desarrollaron durante la guerra son ahora utilizados para producir objetos de consumo cotidiano, tanto para vestimenta como para equipamiento del hogar. El nylon reemplaza en muchos casos el uso de seda por su valor comparativamente muy menor.
El diseño de posguerra incorpora materiales y procesos de fabricación novedosos y se caracteriza por las formas orgánicas. Para profundizar en el tema, recomendamos el libro “El diseño desde 1945” de Peter Dormer.
A continuación algunas imágenes y videos que ejemplifican la resignificación del período a partir del trabajo con el archivo propio en Balenciaga y Dior.
Recomendamos ver el documental Dior et moi que retrata con detalle cómo se desarrolla una colección de alta costura francesa.
Recomendamos también para este período la película El hilo fantasma dirigida por Paul Thomas Anderson de la cual les dejamos un trailer.
Les dejamos acá un resumen de lo que no alcanzamos a ver en la clase de hoy con respecto a la evolución en la manera de pensar a la juventud.
Si bien existen variados ejemplos sobre el devenir de la juventud y sus muchas y divergentes direcciones – románticos a fines del Siglo XIX que buscaban la vuelta a la naturaleza, las flappers de los locos años veinte y su pasión por el jazz, los rebeldes del swing alemanes o la visión militarista de las Juventudes Hitlerianas – es a fines de la Segunda Guerra Mundial el momento en que el término teenage se convierte en parte integral de la cultura popular, cuando el segmento social juvenil comienza a demarcarse como un grupo de consumo con intereses propios.
Jon Savage explora en Teenage: la invención de la juventud, 1875-1945 la prehistoria del fenómeno que transformó la sociedad contemporánea, la emergencia de la juventud como una etapa diferenciada entre la niñez y el mundo adulto.
“Al igual que los estadounidenses seguían mezclando «infancia» con «adolescencia», la definición precisa de la juventud en Gran Bretaña y Europa se mantenía elástica. La generación de las veladas de los años veinte incluía a verdaderos adolescentes junto con personas por encima de los veinticinco años y cercanas a la treintena. Muchos de estos últimos […] eran lo bastante ricos para no tener que trabajar. Pero también habían resultado heridos por el conflicto hasta el punto de que se habían quedado anclados en 1917 o 1918, cuando eran todavía adolescentes. Las fiestas eran la forma perfecta de redescubrir la juventud que la guerra les había robado. La juventud no era una edad, sino un estado mental.” Jon Savage
Uno de los segmentos de la nota lleva el título «Se visten con la ropa de sus amigos varones» y desarrolla como. si bien para asistir al colegio o universidad se visten con sweater y falda, en su tiempo libre eligen prendas como jeans y camisas que toman prestadas del guardarropas de su padre, hermano o amigo.
La crónica detalla sus gustos y actividades cotidianas entre las cuales destaca las extensas conversaciones telefónicas con amigas como su mayor pasatiempo.
Una de las fotos muestra a un grupo de chicas, sentadas en las gradas de un campo deportivo, vestidas con jeans como protagonistas y factor de diferencia frente a niños o adultos que las rodean. Sus jeans son más bien holgados y de piernas rectas, recogidos en botamangas de diferentes anchos que dejan ver las medias blancas, contrastantes con la oscuridad de un denim bien pulcro, sin desgaste alguno. Completan el conjunto con mocasines o zapatos acordonados de estilo oxford, camisas, suéteres y chaquetas o blazers. En 1944 comienza la publicación de Seventeen, revista especialmente dedicada a este creciente público juvenil en la que las marcas de ropa y otros productos dirigidos al segmento adolescente podían publicitarse. Finalizada la Segunda Guerra Mundial empezamos a reconocer al jean como prenda urbana en jóvenes de características misteriosas, marginales, conflictivas y hasta peligrosas, y de ahí su fuerza de atracción.
Marlon Brando montado a una motocicleta en The wild one (1953) con el conjunto de prendas que es hasta la actualidad el uniforme del biker o motoquero: campera y botas de cuero, remera ajustada y jeans. Para ampliar este tema publicamos en la sección Apuntes el texto Un siglo de denim
El rock n roll, desarrollado a partir del blues negro norteamericano, se conviertió en el lenguaje universal de los jóvenes a mediados de la década de los 50s. Esta adopción de estilos provenientes de clases populares es una constante en la definición estética de los movimientos contraculturales juveniles.
A mediados de los 50, el fenómeno de identificación y adoración extrema que generaban los ídolos juveniles fue aprovechado en una campaña protagonizada por Elvis Presley para captar la atención, y convencer a los reacios adolescentes, sobre la importancia de ser vacunados contra la poliomielitis.
Los estilos de los diversos movimientos subculturales, creados en sus orígenes desde la oposición a los códigos de vestimenta establecidos en las grandes ciudades del mundo occidental, tienen gran influencia en la moda durante la segunda mitad del siglo XX. Señalamos algunos de los más destacados durante el período que va desde la austeridad de los primeros años cuarenta y posguerra hasta el impacto del rock n roll en la segunda mitad de los cincuenta y el inicio de la cultura de masas. Zooties (hijos de inmigrantes mexicanos en Los Angeles y negros en Harlem y Bronx), Hipsters (con origen en músicos de jazz moderno), Beats y Existencialistas (grado cero de vestimenta, estilo a partir de la negación del estilo, muy relacionados con la literatura, en EEUU y Francia respectivamente) Teddys (ingleses de clase trabajadora que recuperan índices de vestimenta de la era eduardiana) Rockabillies (blancos sureños en EEUU adoptando maneras de la cultura negra), entre muchos otros.
«Poco después de la guerra, los sastres de Saville Road – los árbitros tradicionales y típicamente conservadores del estilo de vestir masculino de la clase alta británica – produjeron una línea más extravagante de ropa de hombre que se conoció como ‘eduardiana’ porque se remontaba a la edad de oro de Eduardo VII en la primera década del siglo XX. Las chaquetas de este estilo eran de abotonadura simple, largas, ajustadas y a menudo con adornos de terciopelo en el cuello o los puños. Se usaban con pantalones estrechos y elegantes chalecos de brocado. Gran Bretaña, como nación, necesitaba recuperar el orgullo de sí misma y este estilo ‘eduardiano’ de clase alta sirvió tanto para simbolizar un momento en que la grandeza de Gran Bretaña había estado fuera de discusión como para poner un control sobre la hegemonía cultural cada vez mayor de América.» Ted Polhemus, Streetstyle 2010
Este estilo fue tomado por los adolescentes de clase trabajadora e intervenido con algunos elementos provenientes de la cultura norteamericana: corbatín o pañuelo estilo cowboy, jeans con botamanga.
Dice el historiador Eric Hobsbawm sobre la hegemonía cultural estadounidense: “En el período de entreguerras, su vector principal había sido la industria cinematográfica norteamericana, la única con una distribución masiva a escala planetaria, y que era vista por un público de cientos de millones de individuos que alcanzó sus máximas dimensiones justo después de la segunda guerra mundial. […] La novedad de los años cincuenta fue que los jóvenes de clase media y alta, por lo menos en el mundo anglosajón, que marcaba cada vez más la pauta universal, empezaron a aceptar como modelos la música, la ropa e incluso el lenguaje de la clase baja urbana, o lo que creían que lo era.” Historia del siglo XX, Crítica, 1994
El siguiente trailer corresponde al documental Teenage (2013) dirigido por Matt Wolf basado en el libro de Jon Savage.
La danza en la corte francesa – orígenes del ballet
Bal à la cour des Valois (c.1582) Caulery
El ballet y la ópera comenzaron en el siglo XVII, como elaborados espectáculos diseñados en las cortes europeas a modo de entretenimientos extravagantes, utilizados para celebrar matrimonios o mostrar la riqueza y el poder del gobernante. Con actuaciones que eran una mezcla entre palabra hablada, música, danza y pantomima, desarrollaban procesiones ceremoniales con espectaculares efectos técnicos y trajes extravagantes. Las historias se inspiraban en los mitos de la antigua Grecia y Roma o se basaban en temas como las cuatro estaciones, el mundo natural o las tierras extranjeras.
Los trajes eran ingeniosos y fantásticos, decorados con símbolos que ayudaban al público a reconocer a los personajes de la historia. El movimiento a menudo estaba limitado por el tamaño de estos trajes. Originalmente los ballets de la corte fueron protagonizados por la aristocracia y la realeza en las habitaciones y jardines de sus palacios. Los bailes se basaban en las danzas sociales de las cortes reales, con elegantes movimientos de los brazos y la parte superior del cuerpo, y elaborados patrones de piso.
Luis XIV como Apolo en Ballet de la nuit 1653 – By Henri de Gissey
El rey Luis XIV de Francia, conocido como el Rey Sol, encarnó al dios Apolo en Le Ballet de la Nuit (El Ballet de la Noche) a la edad de 15 años.
La lezione di danza 1741 c. – Pietro Longhi
Estos enormes espectáculos ayudaron a mantener a los cortesanos entretenidos la vida en la corte podía ser monótona y aburrida, y saber bailar era un logro social necesario.
Eventualmente se hizo imposible para los bailarines aficionados alcanzar los estándares exigidos por los maestros y compositores de baile, y entonces las tradiciones del ballet y la ópera se separaron comenzando a desarrollarse de forma independiente, hasta que en 1661 se estableció en Francia la Académie Royale de Danse. Allí se capacitó a los primeros bailarines de teatro profesionales y el baile se trasladó de la corte a los teatros públicos.
Estas espectaculares celebraciones de la corte francesa están representadas en la película Marie Antoinette dirigida por Sofia Coppola en el año 2006. En la siguiente escena podemos ver al sucesor al trono de Francia, futuro Luis XVI, bailando el minué con su esposa Maria Antonieta. Ella, como la mayoría de las mujeres en el salón, lleva un vestido a la francesa o Watteau que se caracteriza por las amplias tablas verticales que parten del escote trasero.
La danza y la moda en el Siglo XIX
Después de la Revolución Francesa de 1789 las mujeres abandonaron los paniers y corsés, que vemos en María Antonieta, por vestidos chemise de estilo griego que enfatizaban el cuerpo.
La Dance a l’Eveque’ James Gillray 1796
Las bailarinas siguieron la moda y el uso de estos vestidos significó que podían realizar un mayor rango de movimiento. Ahora usaban zapatillas planas, lo que permitía una mayor flexibilidad en el pie, y las mujeres desarrollaron el truco de levantarse de puntillas (en punta demi). Los trajes de los hombres también reflejaban la moda llevando una chaqueta y pantalones ajustados. Ahora que los trajes se habían vuelto más libres, hombres y mujeres podían bailar juntos.
Bal de Société 1804 Jean François Bosio
Estas escenas de baile de principios de siglo XIX son retratadas de manera satírica por el artista Jean François Bosio y resignificadas en el film Emma. (2020) dirigido por Autumn de Wilde.
En la película «La Edad de la Inocencia» (1993) dirigida por Martin Scorsese podemos ver otra escena de baile, esta vez situada en la segunda mitad del siglo XIX en la ciudad de New York. Durante el transcurso de la escena la voz en off va contándonos sobre las características de los salones de baile y el ceremonial requerido a un caballero al ingresar al salón (la película está disponible actualmente en Netflix, esta escena se desarrolla a partir del minuto 7)
El volumen generado en la falda gracias a la crinolina, que en sus inicios era concéntrico, se va desplazando hacia atrás hasta llegar alrededor de 1870 a concentrarse exclusivamente en la parte trasera debajo de la cintura. Esta nueva forma de la falda, imperceptible si vemos a la mujer de frente, se lograba con el uso del polisón.
«Too Early» James Jacques Tissot (1873)
El registro de estos años en el ámbito del ballet es muy conocido por el trabajo de Edgar Degas. En su pintura «La clase de danza» de 1874 podemos encontrar muchos paralelismos entre el traje, accesorios y peinado de las bailarinas y de las damas retratadas en la llegada al baile Too Early por Tissot.
La clase de danza (1874) Edgar Degas
La danza y los diseñadores a partir del Siglo XX
La relación entre la danza y la moda continúa hasta nuestros días. Son muchos los diseñadores que se inspiraron en el vestuario de los ballets o que lo produjeron. Uno de los exponentes más destacados en este ámbito es el modisto francés Paul Poiret quien, durante los años previos a la Primera Guerra Mundial y a partir de su fascinación con el vestuario y escenografías de Leon Bakst, llevó el estilo de los Ballets Rusos de Diaghilev a la moda femenina.
Vestuario Scheherazade (1910) por Leon Bakst
Este conjunto fue realizado para la fiesta «Las mil y dos noches» organizada por Paul Poiret en 1911 para promover sus nuevas creaciones en todo el esplendor y glamour de la tendencia orientalista.
1911 Paul Poiret
Años más tarde será el turno de Gabrielle Chanel de colaborar con el vestuario de la compañía de Ballet Rusos en la obra Le Train Bleu de Jean Cocteau. El creciente gusto por el deporte y las actividades en las playas de estos años queda plasmado en este ballet, donde se representan estas y otras actividades desarrolladas en las costas francesas que recorre el tren que da nombre a la obra.
Le Train Bleu (1924)
La diseñadora Madeleine Vionnet también se inspiró en la danza, particularmente en la bailarina Isadora Duncan, estudiando sus coreografías para comprender mejor el cuerpo en movimiento. Con motivo del centenario de su surgimiento la casa Vionnet Paris lanzó en 2012 un cortometraje en homenaje a la bailarina que evidencia la continua conexión de la marca con el mundo de la danza.
Otro gran ejemplo de la relación entre danza y moda es el vestuario de la película Black Swan de 2010 dirigida por Darren Aronofsky. Las hermanas Mulleavy de Rodarte crearon los trajes de baile que llevan Natalie Portman y Mila Kunis poniendo en juego la fantasía y oscuridad de la competencia en este universo que bien retrata «El cisne negro».
Posteriormente al diseño de los trajes de «El cisne negro» Rodarte volvió a trabajar con el coreógrafo de la película Benjamin Millepied en la obra Two Hearts para el New York City Ballet.
TWO HEARTS (2012) por Rodarte
También en Buenos Aires tenemos ejemplos de esta relación, uno de ellos es el diseñador Pablo Ramirez, quien no solo trabajó como partido para algunas de sus colecciones con estéticas tomadas del ballet sino que también desarrolló vestuario para varias obras siendo «Zeppelin» una de ellas.
Los bocetos del vestuario de Zeppelin
Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín «Zeppelin» vestuario de Pablo Ramirez
Por último, algunas colecciones de moda recientes en las que podemos reconocer la influencia de la danza resignificada en varios de sus aspectos: la escena, el entrenamiento, la música, etc.
Maria Grazia Chiuri para Christian Dior RTW SS2019
ACNE Studios SS2019
El lago de los cisnes por John Galliano para Maison Margiela AW2019
La ventana se convirtió en estos días en nuestra principal vía de contacto, tanto real como virtual, con lo que pasa afuera de nuestras casas. Nos sirve para enmarcar y definir aquello sobre lo nos gustaría conocer más. Salir por las ventanas para ver qué hay ahí afuera, o entrar por ellas para espiar espacios interiores, domésticos o palaciegos, íntimos o familiares. Una excusa que nos permite asomarnos a estilos en el traje de los últimos dos siglos.
Esta exposición se centra en un tópico atesorado por los románticos: la vista a través de una ventana abierta. Los artistas alemanes, franceses, daneses y rusos tomaron el tema por primera vez en la segunda década del siglo XIX. Yuxtaponiendo cerca y lejos, la ventana es una metáfora del anhelo incumplido. Los pintores destilaron este sentimiento en imágenes de habitaciones desocupadas y silenciosas con figuras contemplativas, estudios con artistas trabajando, y ventanas abiertas como motivo único.
«Todo a la distancia se convierte en poesía: montañas distantes, personas distantes, acontecimientos distantes, todo se vuelve romántico» — Novalis, 1798
Marie Denise Villers 1801
El vestido chemise de muselina de algodón blanco que llevan las mujeres retratadas en la imagen superior, fue el protagonista del guardarropas femenino durante los primeros años del Siglo XIX.
Chemise (ropa interior) de izq a der: lino y algodón 1780 – lino 1840/59 – algodón 1880s
Su nombre deriva de la prenda de uso íntimo que le da origen: una camisa larga de algodón o lino usada como primera piel debajo de los pesados vestidos durante más de trescientos años. Tres procesos fundamentales dieron lugar a este cambio tan radical en el traje femenino: la mejora e incremento en la producción de textiles de algodón que trajo la Revolución Industrial, la mirada neoclásica en el arte del Iluminismo, y el abandono de la exuberancia y ostentación asociadas al Antiguo Régimen derrocado por la Revolución Francesa.
Caspar David Friedrich «Woman at the Window» 1822
Con el transcurso de los años, y ante las crecientes muertes por tuberculosis debidas a la poca protección corporal del chemise de muselina, los vestidos fueron retomando el uso de textiles más pesados y cubritivos. Podemos ver este cambio en la mujer de verde, si bien mantiene las características principales de la silueta del primer cuarto del Siglo XIX: talle alto marcado debajo del busto y falda larga con pliegues y de caída natural sin ahuecador.
Georg Friedrich Kersting «In Front of the Mirror» 1827
Emilius Bærentzen «The Family Circle» ca. 1830
Christoffer Wilhelm Eckersberg «The Artist’s Two Daughters» 1852
El fuerte contraste entre las últimas tres imágenes nos muestra la diferencia entre la liviandad y despojo de las prendas vestidas en la intimidad del dormitorio y lo complejo y recargado de los conjuntos retratados en situaciones sociales como se ve en la sala de «The Family Circle». En pocos años vemos como el entalle del vestido va descendiendo hasta ubicarse nuevamente en la cintura, confirmando así la vuelta al uso del corset que se mantiene hasta inicios del Siglo XX.
También conocemos con el nombre de chemise o camisero al vestido abotonado en el frente producto de la fuerte influencia norteamericana sobre el traje durante el Siglo XX. Con origen en el conjunto de camisa y falda, generalmente de algodón y usado mayormente por enfermeras por ser práctico y lavable, durante la Primera Guerra Mundial se convirtió en el uniforme de la Cruz Roja y otras organizaciones que necesitaban ropa funcional para sus trabajadoras.
Avisos de los años 30s mostrando vestidos camiseros para la práctica de golf
Pulcro y sentador, acompañó al entusiasmo de la posguerra por los deportes activos, y en la década de 1920, se adaptó a vestidos para el golf y el tenis.
La tenista francesa Suzanne Lenglen en los años 30
Revista LIFE mayo 1938
Un clásico del estilo estadounidense, en versiones con falda voluminosa siguiendo los dictados del New Look o con ajustada falda tubo también bajo lineamientos de Dior, se convirtió en el más elegido por el ama de casa de los años 50.
Serbin of Florida – Vogue April 1958
VOGUE EEUU 1950 – 1955 – 1959
REAR WINDOW (La ventana indiscreta) 1954 – Alfred Hitchcock
En el film «La ventana Indiscreta» un reportero gráfico (James Stewart) a veces acompañado por su bella novia modelo (Grace Kelly) y su enfermera (Thelma Ritter), obligado a permanecer en reposo con su pierna enyesada, procura escapar al tedio de su convalecencia contemplando desde la ventana de su apartamento el otro lado del patio. El vestuario de la película fue diseñado por Edith Head, quien trabajó en varias películas dirigidas por Alfred Hitchcock.
En las ilustraciones de Edith Head vemos algunos de los conjuntos diseñados para Grace Kelly, entre los que se encuentra un vestido camisero que se adapta al glamuroso estilo New Look característico de la época. También vemos el vestido camisero en el personaje de la enfermera aunque en este caso se trata de un modelo muy simple y con hombros rígidos que nos recuerda un poco al estilo utilitario de los años 40.
En una escena de la película se la puede ver a Grace Kelly leyendo una revista Harper’s Bazaar, sin embargo es la revista VOGUE quien hace unos años se inspiró en «Rear Window» para uno de sus editoriales de moda.
VOGUE abril 2013 Fotografía: Peter Lindbergh // Edición de Moda: Grace Coddington
«Era el verano de 1960, y una mañana eché un vistazo por la ventana de mi estudio en Manhattan y noté que el edificio de enfrente se estaba preparando para la demolición. Mirando el diseño de las ventanas vacías, se me ocurrió una idea: poner a una mujer con ropa colorida en cada una de las aberturas.» comenta Ormond Gigli acerca de la imagen que sigue, su foto más famosa.
Ormond Gigli «Girls in the Windows» 1960 New York
Treinta años más tarde podemos encontrar guiños a esta famosa fotografía en el corto cinematográfico filmado en el hotel «Le Carlton» para promoción del perfume «Egoiste» de CHANEL dirigido por Jean-Paul Goude.