Les dejamos acá un resumen de lo que no alcanzamos a ver en la clase de hoy con respecto a la evolución en la manera de pensar a la juventud.
Si bien existen variados ejemplos sobre el devenir de la juventud y sus muchas y divergentes direcciones – románticos a fines del Siglo XIX que buscaban la vuelta a la naturaleza, las flappers de los locos años veinte y su pasión por el jazz, los rebeldes del swing alemanes o la visión militarista de las Juventudes Hitlerianas – es a fines de la Segunda Guerra Mundial el momento en que el término teenage se convierte en parte integral de la cultura popular, cuando el segmento social juvenil comienza a demarcarse como un grupo de consumo con intereses propios.
Jon Savage explora en Teenage: la invención de la juventud, 1875-1945 la prehistoria del fenómeno que transformó la sociedad contemporánea, la emergencia de la juventud como una etapa diferenciada entre la niñez y el mundo adulto.
“Al igual que los estadounidenses seguían mezclando «infancia» con «adolescencia», la definición precisa de la juventud en Gran Bretaña y Europa se mantenía elástica. La generación de las veladas de los años veinte incluía a verdaderos adolescentes junto con personas por encima de los veinticinco años y cercanas a la treintena. Muchos de estos últimos […] eran lo bastante ricos para no tener que trabajar. Pero también habían resultado heridos por el conflicto hasta el punto de que se habían quedado anclados en 1917 o 1918, cuando eran todavía adolescentes. Las fiestas eran la forma perfecta de redescubrir la juventud que la guerra les había robado. La juventud no era una edad, sino un estado mental.” Jon Savage
Uno de los segmentos de la nota lleva el título «Se visten con la ropa de sus amigos varones» y desarrolla como. si bien para asistir al colegio o universidad se visten con sweater y falda, en su tiempo libre eligen prendas como jeans y camisas que toman prestadas del guardarropas de su padre, hermano o amigo.
La crónica detalla sus gustos y actividades cotidianas entre las cuales destaca las extensas conversaciones telefónicas con amigas como su mayor pasatiempo.
Una de las fotos muestra a un grupo de chicas, sentadas en las gradas de un campo deportivo, vestidas con jeans como protagonistas y factor de diferencia frente a niños o adultos que las rodean. Sus jeans son más bien holgados y de piernas rectas, recogidos en botamangas de diferentes anchos que dejan ver las medias blancas, contrastantes con la oscuridad de un denim bien pulcro, sin desgaste alguno. Completan el conjunto con mocasines o zapatos acordonados de estilo oxford, camisas, suéteres y chaquetas o blazers.
En 1944 comienza la publicación de Seventeen, revista especialmente dedicada a este creciente público juvenil en la que las marcas de ropa y otros productos dirigidos al segmento adolescente podían publicitarse.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial empezamos a reconocer al jean como prenda urbana en jóvenes de características misteriosas, marginales, conflictivas y hasta peligrosas, y de ahí su fuerza de atracción.
Marlon Brando montado a una motocicleta en The wild one (1953) con el conjunto de prendas que es hasta la actualidad el uniforme del biker o motoquero: campera y botas de cuero, remera ajustada y jeans. Para ampliar este tema publicamos en la sección Apuntes el texto Un siglo de denim
El rock n roll, desarrollado a partir del blues negro norteamericano, se conviertió en el lenguaje universal de los jóvenes a mediados de la década de los 50s. Esta adopción de estilos provenientes de clases populares es una constante en la definición estética de los movimientos contraculturales juveniles.
A mediados de los 50, el fenómeno de identificación y adoración extrema que generaban los ídolos juveniles fue aprovechado en una campaña protagonizada por Elvis Presley para captar la atención, y convencer a los reacios adolescentes, sobre la importancia de ser vacunados contra la poliomielitis.
Los estilos de los diversos movimientos subculturales, creados en sus orígenes desde la oposición a los códigos de vestimenta establecidos en las grandes ciudades del mundo occidental, tienen gran influencia en la moda durante la segunda mitad del siglo XX. Señalamos algunos de los más destacados durante el período que va desde la austeridad de los primeros años cuarenta y posguerra hasta el impacto del rock n roll en la segunda mitad de los cincuenta y el inicio de la cultura de masas. Zooties (hijos de inmigrantes mexicanos en Los Angeles y negros en Harlem y Bronx), Hipsters (con origen en músicos de jazz moderno), Beats y Existencialistas (grado cero de vestimenta, estilo a partir de la negación del estilo, muy relacionados con la literatura, en EEUU y Francia respectivamente) Teddys (ingleses de clase trabajadora que recuperan índices de vestimenta de la era eduardiana) Rockabillies (blancos sureños en EEUU adoptando maneras de la cultura negra), entre muchos otros.
«Poco después de la guerra, los sastres de Saville Road – los árbitros tradicionales y típicamente conservadores del estilo de vestir masculino de la clase alta británica – produjeron una línea más extravagante de ropa de hombre que se conoció como ‘eduardiana’ porque se remontaba a la edad de oro de Eduardo VII en la primera década del siglo XX. Las chaquetas de este estilo eran de abotonadura simple, largas, ajustadas y a menudo con adornos de terciopelo en el cuello o los puños. Se usaban con pantalones estrechos y elegantes chalecos de brocado. Gran Bretaña, como nación, necesitaba recuperar el orgullo de sí misma y este estilo ‘eduardiano’ de clase alta sirvió tanto para simbolizar un momento en que la grandeza de Gran Bretaña había estado fuera de discusión como para poner un control sobre la hegemonía cultural cada vez mayor de América.» Ted Polhemus, Streetstyle 2010
Este estilo fue tomado por los adolescentes de clase trabajadora e intervenido con algunos elementos provenientes de la cultura norteamericana: corbatín o pañuelo estilo cowboy, jeans con botamanga.
Dice el historiador Eric Hobsbawm sobre la hegemonía cultural estadounidense: “En el período de entreguerras, su vector principal había sido la industria cinematográfica norteamericana, la única con una distribución masiva a escala planetaria, y que era vista por un público de cientos de millones de individuos que alcanzó sus máximas dimensiones justo después de la segunda guerra mundial. […] La novedad de los años cincuenta fue que los jóvenes de clase media y alta, por lo menos en el mundo anglosajón, que marcaba cada vez más la pauta universal, empezaron a aceptar como modelos la música, la ropa e incluso el lenguaje de la clase baja urbana, o lo que creían que lo era.” Historia del siglo XX, Crítica, 1994
El siguiente trailer corresponde al documental Teenage (2013) dirigido por Matt Wolf basado en el libro de Jon Savage.