Si bien existen variados ejemplos sobre el devenir de la juventud y sus muchas y divergentes direcciones – románticos a fines del Siglo XIX que buscaban la vuelta a la naturaleza, las flappers de los locos años veinte y su pasión por el jazz, los rebeldes del swing alemanes o la visión militarista de las Juventudes Hitlerianas – es a fines de la Segunda Guerra Mundial el momento en que el término teenage se convierte en parte integral de la cultura popular, cuando el segmento social juvenil comienza a demarcarse como un grupo de consumo con intereses propios.
Jon Savage explora en Teenage: la invención de la juventud, 1875-1945 la prehistoria del fenómeno que transformó la sociedad contemporánea, la emergencia de la juventud como una etapa diferenciada entre la niñez y el mundo adulto.
El siguiente trailer corresponde al documental Teenage (2013) dirigido por Matt Wolf basado en el libro de Jon Savage.
Entre estos grupos juveniles van cobrando fuerza algunos movimientos contraculturales que tendrán, sin proponérselo, gran influencia en la moda.
A mediados de la década del cuarenta el jean se populariza fuertemente entre los jóvenes norteamericanos, tanto para varones como para mujeres, al mismo tiempo que el mercado de este país va identificando o modelando a este nuevo grupo diferenciado de potenciales consumidores, hasta llegar a bautizarlo con el nombre de Teenagers.
En diciembre de 1944 la revista de actualidad LIFE, destacada por su fotografía periodística, publica un perfil sobre este grupo de jóvenes, detallando y analizando sus gustos, hábitos y estilo de vestimenta. En el artículo “Teen-Age Girls: They Live in a Wonderful World of Their Own” la fotógrafa Nina Leen retrata a un grupo de mujeres de entre 15 y 17 años.
Una de las fotos muestra a un grupo de chicas, sentadas en las gradas de un campo deportivo, vestidas con jeans como protagonistas y factor de diferencia frente a niños o adultos que las rodean. Sus jeans son más bien holgados y de piernas rectas, recogidos en botamangas de diferentes anchos que dejan ver las medias blancas, contrastantes con la oscuridad de un denim bien pulcro, sin desgaste alguno. Completan el conjunto con mocasines o zapatos acordonados de estilo oxford, camisas, suéteres y chaquetas o blazers.
En 1944 comienza la publicación de Seventeen, revista especialmente dedicada a este creciente público juvenil en la que las marcas de ropa y otros productos dirigidos al segmento adolescente podían publicitarse.
Si bien en los westerns de los años treinta y cuarenta el denim ya estaba en las pantallas de Hollywood vestido por el clásico cowboy norteamericano montado en su caballo, es en la década del 50 cuando cobra verdadero protagonismo en el cine.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial empezamos a reconocer al jean como prenda urbana en jóvenes de características misteriosas, marginales, conflictivas y hasta peligrosas, y de ahí su fuerza de seducción.
Marlon Brando montado a una motocicleta en The wild one (1953) con el conjunto de prendas que es hasta la actualidad el uniforme del biker o motoquero: campera y botas de cuero, remera ajustada y jeans. Para ampliar este tema publicamos en la sección Apuntes el texto Un siglo de denim
«Poco después de la guerra, los sastres de Saville Road – los árbitros tradicionales y típicamente conservadores del estilo de vestir masculino de la clase alta británica – produjeron una línea más extravagante de ropa de hombre que se conoció como ‘eduardiana’ porque se remontaba a la edad de oro de Eduardo VII en la primera década del siglo XX. Las chaquetas de este estilo eran de abotonadura simple, largas, ajustadas y a menudo con adornos de terciopelo en el cuello o los puños. Se usaban con pantalones estrechos y elegantes chalecos de brocado. Gran Bretaña, como nación, necesitaba recuperar el orgullo de sí misma y este estilo ‘eduardiano’ de clase alta sirvió tanto para simbolizar un momento en que la grandeza de Gran Bretaña había estado fuera de discusión como para poner un control sobre la hegemonía cultural cada vez mayor de América.» Ted Polhemus, Streetstyle 2010
Este estilo fue tomado por los adolescentes de clase trabajadora e intervenido con algunos elementos provenientes de la cultura norteamericana: corbatín o pañuelo estilo cowboy, jeans con botamanga.
Dice el historiador Eric Hobsbawm sobre la hegemonía cultural estadounidense: “En el período de entreguerras, su vector principal había sido la industria cinematográfica norteamericana, la única con una distribución masiva a escala planetaria, y que era vista por un público de cientos de millones de individuos que alcanzó sus máximas dimensiones justo después de la segunda guerra mundial. […] La novedad de los años cincuenta fue que los jóvenes de clase media y alta, por lo menos en el mundo anglosajón, que marcaba cada vez más la pauta universal, empezaron a aceptar como modelos la música, la ropa e incluso el lenguaje de la clase baja urbana, o lo que creían que lo era.” Historia del siglo XX, Crítica, 1994