Historia II – 1930 a 1945

En esta clase analizamos el periodo comprendido entre la caída de la Bolsa de Wall Street y la Segunda Guerra Mundial

Comentamos sobre la reciente polémica con respecto a los códigos de vestimenta en los torneos de tenis a partir del atuendo diseñado por Nike para Serena Williams. Pueden leer sobre el tema en el artículo de VANESSA FRIEDMAN (Directora de Moda en New York Times)

Los estilos de las actrices de Hollywood tienen gran influencia ya que, a pesar del contexto de crisis económica, pueden imitarse los peinados y el maquillaje.
Una de las diseñadoras más destacadas del período es Madeleine Vionnet, responsable de la nueva técnica de corte al bies. Vionnet contruye sus trajes directamente sobre el cuerpo o el maniquí, logrando que las prendas se adapten a la silueta y no al revés. Valiéndose de pliegues y drapeados, sus trajes recuerdan al peplo, kitón e himation de la Grecia Clásica. Otra diseñadora de gran importancia es Elsa Schiaparelli que, a diferencia de Vionnet que se destaca por su desarrollo en cuanto a la forma y técnica constructiva de las prendas, es responsable por la estrecha relación entre vanguardias artísticas y moda. Schiaparelli trabaja con artistas como Man Ray, Jean Cocteau y Salvador Dalí. Sus prendas son extravagantes y revolucionarias. Es una de las pioneras en resignificar materiales en tiempos de escasez, usa celofán para sus bordados y hasta aspirinas a modo de botones. Lo mismo hará con los estampados, tomando motivos ordinarios de la vida cotidiana como textos de diarios o fósforos.

A continuación les dejamos un link al documental comentado en clase que relata la rivalidad entre Coco Chanel y Elsa Schiaparelli

En el calzado también se emplean materiales no convencionales, como las planchas de corcho que integran la plataforma de la sandalia creada por Salvatore Ferragamo. Debido a la crisis económica se reduce muchísimo el uso de los bordados, dando protagonismo a las telas estampadas con motivos pequeños y sin «pie» que facilitan la yuxtaposición en cortes complejos y no tienen demasiado desperdicio.

El traje en Europa durante la Guerra estará muy delineado por los gobiernos de cada país, imponiendo fuertes restricciones no sólo en la cantidad de prendas que podían comprarse sino también en las características de esas prendas. La limitación de los materiales establece cantidad máxima de botones en los sacos, medida de los dobladillos y prohibición de botamanga en los pantalones masculinos, entre otras.
La silueta se «militariza», los hombros de ensanchan con hombreras, la cintura se marca de una forma no tan delicada como a principios de la década y las faldas se acortan debido a las restricciones en el consumo de los tejidos. En este panorama de standarización del traje, la novedad y diferencia pasa por los sombreros.