Antes de repasar la clase de Baja Edad Media les dejamos algunas imágenes de Roma y Bizancio para que puedan seguir la continuidad de los trajes.
Las mujeres romanas mantienen las formas de las prendas griegas, pero cambian los tejidos de lino y lana en colores crudos por tejidos coloridos de algodón y seda provenientes del contacto con pueblos orientales. También complejizan sus peinados e incorporan gran variedad de accesorios.
Una novedad que puede apreciarse en este mosaico es el uso del mamillare o strophium (banda para el busto) y del subligaculum (calzón)
El ciudadano romano vestirá la toga, prenda formada a partir de envolver el cuerpo con un gran manto semicircular y drapearlo siguiendo una variedad de estilos.
Vale la pena destacar la complejidad del uniforme militar, cuya pieza fundamental será el cuirass o coselete: una coraza hecha de cuero y/o metal que protege el torso del guerrero. Del coselete cuelgan bandas también de cuero que caen sobre los hombros y sobre la parte superior de las piernas para resguardar las extremidades sin limitar la libertad en los movimientos.
Las imágenes que siguen son fotografías de los mosaicos realizados en el siglo XI en la Capilla de San Vitale, Ravenna, Italia. Estos mosaicos retratan al Emperador Justiniano y a su mujer, la Emperatriz Theodora. Podrán notar la similitud entre las formas del traje masculino y femenino, combinando en el conjunto piezas cortadas y cosidas con otras drapeadas sobre el cuerpo, siempre sueltas y largas, cubriendo el cuerpo en su totalidad.
La variedad de colores y dibujos en los tejidos será cada vez mayor, así como también el uso de piedras preciosas en todo tipo de accesorios y decoración de las prendas.